Esta mañana he tenido el inmenso honor de participar en Zaragoza en unas jornadas sobre la distribución urbana de mercancías (DUM), organizada por el Centro de Innovación para la Logística y Transporte de Mercancía, en colaboración con el Colegio de Ingenieros Industriales y el Clúster Logístico de Aragón.
La Distribución Urbana de Mercancías (DUM) es esencial para el funcionamiento de una ciudad. Como he comentado en ocasiones anteriores, es el equivalente a los glóbulos rojos que llevan los alimentos a los supermercados y los productos a los comercios y los hogares de los zaragozanos.
Y, del mismo modo, la red de distribución realiza también la labor logística inversa, recogiendo los envases y productos devueltos o reutilizables. Sin una adecuada Distribución Urbana de Mercancías, una ciudad se muere. Y eso es algo que la ciudadanía ya intuía, pero que todos confirmamos y aprendimos a valorar adecuadamente durante la pandemia.
En Zaragoza, la Distribución Urbana de Mercancías representa aproximadamente un 10% de los movimientos de transporte que se producen en la ciudad.
Y, teniendo en cuenta que Zaragoza está inmersa en un proceso de reducción de emisiones para alcanzar la neutralidad climática en 2030 por mandato de Europa, el transporte de mercancías urbanas requiere una atención especial.
Para cumplir los objetivos adquiridos por Europa, la Distribución Urbana de Mercancías debe adaptarse para ser sostenible medioambientalmente. Pero eso no significa que deba dejar de ser sostenible económicamente. Y para eso, para conseguir aunar el respeto al medio ambiente y la viabilidad económica es imprescindible apoyarse en la tecnología.
La tecnología permite ser más eficientes, optimizar los recursos, la energía, los costes laborales, el uso de los vehículos, la gestión de la flota y el espacio público y la reducción de la necesidad de almacenamiento.
Todos lo sabemos. Igual que sabemos que la innovación y la aplicación de las tecnologías digitales permiten ahora realizar simulaciones, realizar gemelos digitales para poder obtener análisis de alternativas, manejar datos, conocer ocupación de zonas de carga y descarga en tiempo real y incluso reservar con antelación espacio en la vía pública para optimizar el tiempo.
De todos estos cambios es de lo que venimos a hablar, debatir y escuchar hoy: de los avances, de las posibilidades que ha abierto la tecnología y de cómo asegurar que los operadores cumplan con los requisitos legales exigibles en las ciudades del siglo XXI y de que las ciudades facilitan a los operadores su trabajo y transición hacia un modelo verde habilitando, por ejemplo, puntos de recarga eléctrica rápida en la vía pública.
En este sentido, para garantizar que ningún vehículo de distribución de mercancías se quede sin energía, el Ayuntamiento de Zaragoza ha hecho los deberes. Concretamente, estamos dotando la ciudad de casi 150 puntos de recarga, que se irán desplegando en los próximos meses.
Asimismo, otra las medidas por las que hemos apostado es la incorporación de nuevas zonas de aparcamientos disuasorios en la ciudad para que los vehículos de distribución puedan guardarse fuera de las vías públicas, con servicios de vigilancia y carga eléctrica.
Para que sean un éxito, la clave está en ubicarlas en zonas conectadas con el transporte público, para que los conductores no tengan problemas a la hora de volver a su casa. Con esta medida, conseguiremos liberar espacio en la ciudad para dedicarlo a ampliar las zonas de carga/descarga con control digital previo.
No quiero finalizar esta disertación sin ratificar la apuesta del Ayuntamiento de Zaragoza por la distribución de mercancías autónoma, a pesar de la lentitud de la adaptación de las normas nacionales para que la implantación en las ciudades sea factible con plena seguridad jurídica.
Se cumple casi un año de la entrada en circulación en Zaragoza de los pequeños robots autónomos que distribuyen paquetes sin que se haya registrado ninguna incidencia digna de mención. Ha quedado demostrada la seguridad del sistema y, en breve, podremos ampliar el ámbito de circulación y las condiciones de funcionamiento. Siempre garantizando que existe una supervisión continua en remoto.
La tecnología permite garantizar la aceptación pública al demostrar que su uso no genera nuevos riesgos y que su uso se traduce en una mejora de la calidad de vida de los zaragozanos.
Podría seguir hablando de los avances en la Movilidad Aérea Urbana de Zaragoza, con drones, que estamos desarrollando en colaboración con proyectos europeos y que multiplica las posibilidades de uso seguro para el reparto de mercancías, de mejora de la seguridad urbana o de la calidad de vida de los zaragozanos.
Y podría contaros también de cómo poco a poco estamos convirtiendo Zaragoza en un nodo logístico del más alto nivel.
Zaragoza será el principal nodo de la red en el sur de Europa y también optamos a disponer de la primera línea experimental operativa de Hyperloop en Europa.
Por eso es tan importante que Zaragoza albergue jornadas como las de hoy, en las que los expertos debaten, profundizan, preguntan y reflexionan sobre problemas del día a día y los retos del mañana. Desde aquí mi agradecimiento al CITET, al Colegio de Ingenieros Industriales y el Clúster Logístico de Aragón por haber organizado este foro.
Como inminente alcaldesa seguiré apostando por conseguir que Zaragoza sea el referente en Europa de una ciudad sostenible, segura, con una altísima calidad de vida.
#seguimoshaciendozaragoza